domingo, 13 de febrero de 2011

Crónicas del rock duro en Puerto Natales

Durante los veranos en PUERTO NATALES, en mis tiempos de niño, con mis amigos y mi hermano jugábamos a la pelota, emulábamos los duelos de STAR WARS de espadas láser, nuestros sables de luz eran palos de escoba, nos creíamos INDIANA JONES. Eran tiempos de magia, donde las pequeñas cosas eran grandes tesoros para nosotros. Durante los fríos, largos y oscuros inviernos construimos monos de nieve, librábamos guerras de nieve a la salida del colegio y tratábamos de no resfriarnos, ya que eso nos impediría salir a jugar fuera de casa. Pero aun así, pasábamos mucho tiempo en nuestros hogares y creo que eso nos acercó mucho a la música, revistas y libros.
Creo que una de las cosas que al menos a mi me hizo despertar mis conocimientos por la música y la cultura, fue que durante los años ‘80 en Puerto Natales, vivíamos de una u otra forma muy ligados a la Argentina. A 45 kilómetros de nuestras casas hay un pueblo que se llama Río Turbio, un lugar que vivía producto de una mina de carbón y hasta el día de hoy es el sitio donde muchos chilenos han trabajado en el rubro de la minería. Algunas veces viajé en compañía de mis padres a la vecina comunidad, donde lo que más llamaba mi atención, eran las dos disquerías con vinilos y casettes; también había una librería bien surtida. En esos sitios compre mis primeras cintas de IRON MAIDEN, JUDAS PRIEST, MOTORHEAD, AC/DC, VAN HALEN, PAPPO y RIFF; de esas dos últimas bandas tengo especial cariño, ya que por primera vez escuché música dura en mi idioma. También adquirí mis primeras revistas METAL, esa era una publicación que nos inició a muchos en Magallanes, vinculada al HARD ROCK y al HEAVY METAL.
El primer número que compré en portada aparecía AC/DC y eso era como poesía para mis ojos. Poco a poco me fui informando de lo que era el Heavy Metal y me gustaba cada vez más. En aquellos años yo estaba estudiando en la escuela E-1, estaba en 6º básico cuando comenzó todo mi amor por ese estilo.
Creo que otro hito que me marcó fue un par de vinilos que tenía un tío. Uno era de BLACK SABBATH, “ VOLUMEN 4” y otro de KISS “DESTROYER”. Las carátulas me alucinaron y cuando escuché su música fue amor a primera vista. El otro flash que me encandiló fue ver un video clip de IRON MAIDEN “The number of the beast”, en un programa de televisión, Magnetoscopio Musical. Ya después de eso estaba todo dicho.
Desde ese momento hasta ahora continúo en la senda del rock duro, quizás con los años escucho otras cosas, pero el mínimo común es ése estilo.
Volviendo a esos años en Natales, me atrevería a decir que había cerca de cuatro personas que escuchaban metal y punk. Poco a poco nos fuimos reuniendo y haciéndonos amigos para compartir experiencias y música. Una de las cosas importantes es que el desarrollo de esta escena, en los últimos tiempos de la dictadura, la cual nos miraba con desconfianza al igual que la oposición, nos acusaba de ser agentes del imperio y satánicos. En fin, como un hecho anecdótico fuimos los primeros que salimos en protestas contra la dictadura, pero así aún, nos miraban raro.
La idea de formar una escena de rock se ve cada vez más próxima. Así también descubrimos el intercambio a través de cartas de música y fanzines (revistas hechas de fotocopia). Soñábamos con formar bandas y tocar nuestra música. En una primera etapa fue difícil concretar ese objetivo, pero se seguía acercando gente al pequeño grupo de gente que creía en el rock duro y lo asumía como filosofía de vida.
Recuerdo un viaje de vacaciones, traje un par de cintas grabadas; una contenía DESTRUCTION por un lado, KREATOR; y por el otro lado y la otra cinta con EXODUS y SLAYER. Eso definitivamente nos voló la cabeza. Recuerdo que ese material lo escuché con Enrique Aguilar (kikin) sin lugar a dudas eso nos abrió los ojos y nos mostró que el Underground estaba vivo y coleando y que nosotros éramos una extensión de él. Eso nos dio un impulso fundamental. Desde ese momento comenzamos a cartearnos con gente del norte de Chile para intercambiar experiencias y casettes.
La otra cosa que nos caracterizó fue que la escena de Natales era de mucha tolerancia. Podías escuchar RAMONES, IRON MAIDEN, VENOM, MERCIFUL FATE y SEX PISTOL sin problemas, no segregábamos a la gente que escuchaba punk o metal, los uníamos. Buscábamos y nos informábamos para tratar de saber qué escuchábamos y el por qué de la escena. Buscábamos respuestas a nuestras preguntas, en tiempos en que los celulares e internet era solo producto del cine de ciencia ficción. Fueron tiempos de exploración y búsqueda constante, lo único claro era que éramos ROCKEROS PESADOS y que estábamos contra la dictadura militar. Pero esto era solo el comienzo, porque teníamos generación de recambio que pudo levantar mas aún nuestra escena, nosotros plantamos la semilla, ellos regaron con sangre, sudor y lágrimas, logramos juntos desarrollar una escena tan fuerte como los vientos de otoño de Patagonia.

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